miércoles, 7 de noviembre de 2012

Comentario a "Curvas de La Habana".


Buenas tardes! Os publico un comentario dejado en mi web que quiero compartirlo con vosotr@s. Dado a conocer con el consentimiento de su autora.

Alberto, de Curvas de la Habana me ha encantado todo, la introducción, los agradecimientos del autor y hasta las localizaciones del GPS. Era tal mi ávida curiosidad por la trama, que lo he devorado noche tras noche,... mi momento,... hasta que llegué a su fin, el definitivo de la trilogía. Entonces me sentí huérfana y vacía, me faltaba algo,  ya no volvería más Fernando, lo echaba de menos. La historia me ha conmovido, confieso que he llorado en más de una ocasión, lo que no es la primera vez en una de tus novelas. También he sentido pesadumbre, impotencia y mucha rabia con un par de personajes, si los hubiera tenido enfrente, muy gustosa les habría soltado una bofetada, con perdón, porque sé que esas cosas no se hacen.
>
>Mención especial y toda una delicia leer el prólogo de Felipe Jesús Chaves Román, su pluma es exquisita y deja un poso dulce, lleno de admiración y afecto hacia ti que aviva las ganas de adentrarse de lleno en la novela.
>
>También he reconocido algunos elementos bastante presentes en tu obra: el ensimismamiento en la contemplación de los pájaros, que a otros suele pasarnos desapercibido, y los sueños recurrentes, lo cual llama la atención a los que dormidos soñamos poco, e induce a pensar que se trata de un mundo importante para ti, quizá por su simbología, con los que encadenas muy bien las tres novelas. Reflejas con gran acierto y fidelidad lo falto de lógica y desconcertante que puede llegar a ser un sueño/pesadilla y, para los que no hemos viajado hasta allí, la narración de los grandes contrastes de la vida en La Habana. Por otra parte, me encanta descubrir novedades en tu forma de narrar, introduces juegos de palabras y metáforas preciosas, se nota que con cada libro depuras más tu estilo literario. Sin embargo, algunos párrafos, los menos, pura anécdota, me han resultado de difícil comprensión por el, a mi parecer, excesivo uso de frases compuestas. Quizá las descripciones en detalle se hubieran conseguido también con frases cortas y sencillas separadas por puntos.
>
>Cada día y con cada novela estoy más convencida de que leerte es un auténtico placer, tu sensibilidad despierta a nuestros sentidos de su letargo, pues encuentras la belleza en lo desarraigado, lo inservible, lo gastado, lo desahuciado, lo invisible, lo olvidado y lo tratas con dulzura y con mimo, con respeto y con gran humanidad, reivindicando la justicia de lo terriblemente injusto, devolviéndoles su dignidad, esa que nunca debe perderse y que a veces se empeñan en arrancárnosla de las manos, porque es la esencia en su grado máximo y más puro, el mayor valor protegible y defendible, lo que define en todo su estado natural al hombre y lo convierte en ser humano. Y porque en todas tus novelas siempre subyace en el fondo una invitación a reflexionar, la gran frialdad y egoísmo de Carmen, pese a su sentimiento interior de arrepentimiento y de haber errado en su decisión, me hacen pensar que quizá uno de los mayores desatinos del ser humano sea la huida de una existencia infeliz o amarga sin atreverse a revelar los propios miedos y sentimientos, la incomunicación y los sobreentendidos sin detenerse a contrastarlos, truncando un proyecto de vida, el propio, y lo que es aún más grave, el de otras personas que se ven arrastradas a comenzar de nuevo desde cero, lo que nunca es fácil ni siempre se consigue.
>
>Por último, para saborear, me quedo con esta preciosa frase del capítulo VIII “…dejando el tiempo caer entre sus dedos…” , bendito instante íntimo de placer, aunque no sea a diario, que podamos disponer de él y disfrutarlo dedicándolo a todo aquéllo que más amamos.
>
>Besos desde el Norte
>
>Nuria

Mi respuesta en el "libro de visitas" de mi web: www.albertonavalon.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario